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jueves, 13 de junio de 2013

El Diagnóstico de Cáncer


La probabilidad de tener cáncer es siempre amenazante y trastorna la vida de las personas, de sus familiares y de amigos/as. Cada quien reacciona y enfrenta el diagnóstico de forma diferente, y aunque se experimentan sentimientos de pérdida, de confusión y de mucho estrés, debe prevalecer la fortaleza y el optimismo, porque ahora los tratamientos ofrecen más oportunidades de vencerlo y salir adelante.

Todos los tipos de cáncer requieren para su diagnóstico una serie de pruebas que comienzan con una historia clínica y un examen físico detallados. De acuerdo con los síntomas y el resultado de la revisión física, el personal médico va a proponer se realicen una serie de pruebas. 

 Para el diagnóstico de la mayoría de los tipos de cáncer se van a necesitar pruebas de sangre, de imagen y de muestras de células o tejido.
  • Sangre. Según el tumor que se sospeche, pueden ser desde el conteo de glóbulos, pruebas de funcionamiento de órganos, de hormonas o marcadores tumorales.
  • Imagen. También dependen del cáncer que se sospeche; pueden ser: rayos X, mastografía, ultrasonido, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética nuclear (RMN), gammagrafía o endoscopia.
  • Histología. La única forma de saber con seguridad que un tumor es maligno es con el estudio de una muestra de células o tejidos del tumor (biopsia) bajo el microscopio. Dependiendo de la ubicación del tumor, la biopsia puede ser un procedimiento sencillo o requerir una operación. Las técnicas más modernas tratan de evitar en lo posible las cirugías.
Otras pruebas que pueden ser necesarias son: de orina, de líquido cefalorraquídeo, de líquido pleural, de heces, de exudado nasal o genéticas. 

Para completar el diagnóstico del cáncer es necesario etapificarlo y darle un grado al tumor. La etapificación nos dice qué tan avanzado es y el grado qué tan agresivo es y las probabilidades de que se vaya a otras partes del cuerpo. De manera general la etapa I es la más temprana y la IV la más avanzada. 

Situaciones clave para el diagnóstico del cáncer: 
  • Lo deben hacer médicos especialistas con experiencia en cáncer e intervenir por lo menos: oncólogos, radiólogos y anatomopatólogos.
  • El tipo de procedimientos que se necesitan pueden ser costosos o con tecnología que sólo existe en pocos centros hospitalarios. Por este motivo y por requerirse de un equipo de expertos, es mejor acudir desde el inicio a la clínica de la institución donde se es derechohabiente. Para personas sin seguridad social es importante recordar que los tumores más frecuentes y todos los que se presenten en menores de 18 años tienen cubierta la atención en el Seguro Popular.
  • No dejar dudas, hablar con el médico acerca del tipo, tamaño y localización del cáncer en el momento del diagnóstico. Si no se comprende algo volver a preguntar, hasta que quede claro.
  • Si no estás contenta/o con el diagnóstico o la atención, tienes derecho a pedir una segunda opinión.
  • En el diagnóstico no se justifica que las citas para consulta o estudios tarden mucho; de ser así, acude a los módulos de orientación o con los directivos para que te atiendan sin que pase más de una semana entre consultas y estudios.
  • Asiste con alguien más al consultorio médico para que te ayude a tomar notas (sí, con pluma y papel) y te ayude a pasar el momento. La mayoría de las veces la angustia del diagnóstico no deja pensar con claridad o concentrarnos en lo que se nos dice, por lo que es importante el apoyo de otra persona.

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